QUESO CON RATONES

Era el cumpleaños de mi abuelo y como 80 años no se cumplen todos los días, preparé una tarta fondant digna para la ocasión.

Como el tema de los bizcochos ya lo iba teniendo medio controlado, esta vez me arriesgué a hacerlo de brownie de chocolate. Aquello no estaba rico... estaba riquísimo.

Quedó esponjoso y con una altura digna de jugar al baloncesto en la liga ACB. Así que pude dividirlo en tres capas, sí sí, tres capas!!! Jamás pensé que yo podría hacer un bizcocho que diera para tres capas, así que había superado otra prueba repostera.

Lo calé con almíbar de naranja y lo rellené con buttercream de vainilla color amarillo pollo y mermelada de grosellas.

Después lo cubrí con fondant amarillo haciéndole huequecitos como si fuera un queso agujereado. En este punto surgieron un par de problemas, aunque el más grave fue que el fondant se rompió y tuve que poner un ratoncito travieso para disimular el agujero auténtico que en esos momentos tenía el queso.

Por último lo adorné con ratones de diferentes tamaños y formas, alguno de ellos con posturas imposibles y si no, fijaros en el que está encima del pedazo de queso cortado.

Y este otro ratón que de todo lo que comió no se podía ni mover:

Creo que la tarta tuvo mucho éxito en mi familia y pude añadir más personas a mi lista de gente dispuesta a probar mis creaciones. Gracias a Miguel y Mari Luz por su apoyo incondicional a mis experimentos con el fondant, jeje, os queda por delante una larga cata de productos reposteros salidos de mi cocina!!! (parece que suena a amenaza, no?)