¡Hola! Hace unos días nos invitaron a una paellita casera, de ésas que se hacen con mucho cariño en el jardín, se les pone un montón de ingredientes y mucho amor, pero que no sale como el cocinero quisiera, jajaja. Quedó con el arroz algo durillo y ni siquiera el color parecía de paella. Pero la intención es lo que cuenta y sinceramente yo nunca me atrevería a preparar una paella para tanta gente, así que olé por el intrépido cocinero aficionado ;)
Por otro lado fue la excusa ideal para juntarnos con la familia, hablar un buen rato y echarnos una partida de póker de esas en las que juega mucha gente y te lo pasas genial.
Como casi siempre que me invitan a algo intento llevar el postre, esta vez me pilló sin ideas y con la necesidad de tener que hacerlo de un día para otro, así que recordé un kit de cápsulas y toppers que tenía en el armario y preparé unos cupcakes.
Tenía varios kits pero me decidí por este de animales. ¿Por qué? Pues posiblemente fue mi subconsciente porque como este verano no hemos podido ir de vacaciones, al menos así podríamos tener la ilusión de ver un safari comestible :D
Aunque tampoco nos vamos a poner en plan mártir porque en dos meses estaremos de nuevo en EEUU disfrutando de unos días libres. Animales como estos veremos ya que el lugar donde vamos es muy original y tiene de todo, pero un safari lo que se dice un safari, no vamos a hacer ;)
Las magdalenas eran de zanahoria y como frosting le hice una cheesecream, un clásico que nunca falla. Las recetas las tenéis aquí.
Para decorar puse un montón de sprinkles de colores y azúcar verde, los toppers de animalitos que venían a juego con las cápsulas de papel y listos para comer.
Para este año me propuse hacer helados y lo he conseguido.
Para el próximo año creo que mi objetivo va a ser aprender a hacer paella para mucha gente. Bueno, y para poca, porque no nos engañemos, no tengo ni idea de hacer paella, jajaja.
¡Un beso!